Después de unos años de crisis donde el peso de la
misma ha recaído sobre las clases más vulnerables (trabajadores, dependientes,
pensionistas,...), y ahora que se están proponiendo unas medidas más sociales
con el punto de mira puestos en ellos, no me cabe en la cabeza que hayan voces
que, supuestamente abanderan el patriotismo, estén poniendo trabas para que
esto no se lleve a cabo, y lo peor, es que muchos de estas clases vulnerables
colaboren en ese menester.
Los partidos
políticos han puesto a funcionar sus departamentos de “Trapos Sucios” y esa es
la política de éste país, donde nadie está exento y todos tienen mucho que
callar, hay hemerotecas para todos los gustos. Nuestra democracia está en
pañales, todo el mundo habla y la gran mayoría somos lerdos en el
funcionamiento de las instituciones.
Queramos o no,
nos guste o no nos guste, estamos sometidos a unas reglas de juego y hay que
tener claro que los presidentes no son elegidos por los ciudadanos, los eligen
los diputados; como por ejemplo ¿quién elige al Jefe del Estado?, los
ciudadanos tampoco y que todas las coaliciones entre partidos legítimos son
totalmente válidas y democráticas. Tenemos que aceptar las reglas de juego, y
si no nos gustan hay que tratar de cambiarlas. Los políticos deberían centrarse
en hacer política y no en atacarse y fomentar el “forofismo” político. Así no se
solucionan los problemas.
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