Ser valenciano, motivo de orgullo

Cuando se conformó el nuevo gobierno ya hice referencia a la ausencia de políticos valencianos. Esta ausencia se ha trasladado también al segundo escalón, y mas bajo no sabría decir.
Si sentirse valenciano es motivo de orgullo, viendo la imagen que están dejando los que nos han gobernado y gobiernan, nos da que pensar el concepto que de nosotros se tendrá fuera de nuestras fronteras.
Estamos en la ruina. Con nuestro dinero se ha financiado multitud de cosas, y financiar no quiere decir despilfarrar. Terra Mítica, Aeropuerto de Castellón ( su nueva estatua y el negocio adjunto que se ha destapado), El Agora, el nuevo Mestalla, la Copa América, la Fórmula 1, el Museo P. Felipe, el Reina Sofía, la venida del Papa, la Ciudad de la Luz, Urdangarín, etc.
Todo ello ha servido para dejar escapar millones y millones de euros, los que ahora hacen falta. Todo se ha hecho con nuestro dinero, a costes desorbitados. Algunos de ellos se han vendido muy por debajo de su coste.
Estamos hipotecados con la Formula 1. No hay dinero para pagar los derechos contratados y por si fuera poco, si no se hace, también nos penalizarán. Hemos pagado los despilfarros y ahora nos tocará también sacar el dinero que hace falta para tapar todos estos agujeros.  Facturas abultadas, ¿Dónde ha ido a parar ese dinero?.
Los responsables están ahí, en boca de todos, y a pesar de ello, como encantadores de serpientes, llegan elecciones autonómicas y se las llevan de calle. Cuando sales fuera de Valencia, la gente se hace cruces, y no te queda otra que asentir con la cabeza con un gesto de resignación. No tenemos respuesta a ello. Y no me extrañaría que si se hicieran otras elecciones, volverían a ganar. El concepto que puedan tener por ahí hasta puede que nos lo merezcamos.
Ahora el tema está tomando otro cariz. Han vuelto a ganar las generales, y como plaza fuerte que siempre ha sido Valencia, esta vez hasta ellos mismos la han marginado, como si no quisieran impregnarse con el barro que está salpicando a estos dirigentes. Esta actitud del nuevo gobierno deja bien a las claras que  es consciente de la delicada situación. Son sabedores y no quieren tener cerca a nadie que les recuerde el grave problema, o peor, que no puedan depositar confianza en nadie afecto a esta comunidad. Está tomando tal cariz a medida que pasan los días que tendrá que estallar. Un buen dirigente, de un partido que se precie, debe coger el toro por los cuernos y extirpar el cáncer que lo está royendo. El problema es que está demasiado extendido, y regenerarlo en su totalidad es bastante complicado, que no imposible, también deben tener gente honesta en sus filas,  pero si no quiere ser victima de su propia debilidad, algo tendrá que hacer.
Esto es grave por la imagen externa que estemos dando, con el agravante de que se piense que todos somos iguales, que ser valenciano es sinónimo de ......
Desde aquí quiero reivindicar que ser valenciano sigue siendo un orgullo, como lo pueda sentir un gallego, un maño, un madrileño, ...cualquiera. Que unos valores no son fruto de un día. Valencia está construida con el sudor de unas gentes que han trabajado y siguen trabajando de sol a sol, en una tierra agradecida. Gentes de aquí y gentes que, desde otras partes, han querido enriquecerla con su aportación y su cultura. Somos acogedores porque a nosotros en otras épocas también nos acogieron y nos dieron la oportunidad de ganarnos el pan, y eso lo sabemos reconocer y agradecer.
Por ello, quiero reivindicarnos y decir a quien tenga ocasión de leer esto que no todos somos iguales, que unas cuantas manzanas podridas no son suficientes como para arrebatarnos la honestidad y la dignidad conseguida a lo largo de muchos años.