El andén de la estación

Del andén de la estación parte el tren. Viajar en tren es compartir, conocer gente y lugares. Este blog es como un tren, donde todo cabe y al que todos pueden subir.

martes, 5 de febrero de 2013

El cuento del pastor y el lobo


Don Mariano dice que está trabajando en la tarea que le ha encomendado el pueblo. Estas son palabras mas o menos textuales que ha venido a decir nuestro entrañable y querido Presidente.
En la habilidad de cada uno está el leer entre líneas, y la lectura que yo hago es que nos está tachando de lelos, idiotas, simples,..., etc., etc.....
Interpretando sus palabras quiere decir que la mayoría de los españoles lo han puesto en el cargo para que:

Estudiar sea más caro
Los niños tengan que pagar por llevarse su comida al colegio
La salud nos cueste más dinero
Aumente la cifra de parados
Paguemos más impuestos
Los que trabajen cobren menos dinero
No podamos hacer reclamaciones aumentándonos las tasas judiciales
Se tiendan alfombras rojas a los defraudadores
Se pongan servicios públicos en manos privadas
Coloquen con sueldos millonarios a los que han hundido Bancos
Mantengan instituciones aunque no sirvan para nada
Los pensionistas vean reducido su poder adquisitivo
Castigar a los que persiguen los delitos y premiar a quienes los cometen
...
...
...
Todo es una mentira. Han mentido vilmente a sus propios votantes porque muchos creyeron sus palabras y ahora se sienten defraudados.
Llama mucho la atención escucharles antes y después de las elecciones. Solo miran las hemerotecas cuando les interesa para fines concretos. Son insensibles con la gente, les importa poco que pasen penalidades, se ven en un estatus superior y son incapaces de mirar hacia abajo.
Son embaucadores y cuando se dirigen a la gente se muestran fríos, con la palabrería propia de una maquinaria propagandística porque se están viendo acorralados siendo presos de sus propias palabras.
Quien habla mucho debe ser muy inteligente y tener buena memoria, la verdad solo tiene un camino no necesitando de rodeos. Nuestros políticos no destacan ni por su inteligencia, ni por su memoria, ni por la parquedad de sus palabras. Al final serán sus propias palabras las que los condenarán.
Y ahora Don Mariano quiere que le creamos cuando dice que todo lo que se está vertiendo sobre su persona y allegados políticos no es verdad. Si hubiese sido una persona consecuente con su palabra y sus hechos, hasta podríamos hacer un esfuerzo en creerle. Pero hasta en el supuesto de que ésta vez diga la verdad, le está pasando lo mismo del cuento del pastor y el lobo, que al final vino el lobo de verdad y se comió todas la ovejas.

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