El andén de la estación

Del andén de la estación parte el tren. Viajar en tren es compartir, conocer gente y lugares. Este blog es como un tren, donde todo cabe y al que todos pueden subir.

jueves, 2 de febrero de 2012

Fumata Blanca

Dice Rajoy que su reforma laboral le va a costar una huelga general. "Optimista el tío". De todas formas, ¿para qué sirve una huelga general?. Tengo mis dudas de que sirva para mucho. La participación difiere mucho según quien la contabiliza, y al final quien pierde, el de siempre, el nominado (por aquello de la nómina).
Pierde porque arrastra durante un tiempo reducciones en la nómina, pagas, y como están los tiempos, que no se llega a final de mes, es un sacrificio añadido. Pierde porque de cara al empresario, aunque se diga que es legal y toda la retahila, lo señala. Hay miedo a secundarlas. Los empresarios se encargan de fomentar, de forma encubierta, desunión entre los trabajadores, por aquello de "divide y vencerás".
De cara al empresario, esos descuentos en la nómina, puede suponer un alivio en su economía, que no en su producción, puesto que se está trabajando de forma relentizada ya que, la demanda actual no exige aumento de la misma, no les supone un serio problema de cara a sus clientes.

Los parados, cinco millones y pico, que deberían estar en la calle, día si y día también, apenas se les oye. Será porque la economía sumergida es tan fuerte que no les interesa hacer ruido.
En Alemania, que tiene una tasa de paro mucho mas baja que la nuestra, al parecer, tiene una serie de contratos, aquí considerados "basura", que ocupan a más de siete millones de trabajadores. ¿Es lo que Rajoy pretende poner aquí?. No tardaremos en verlo. Y una huelga general, ¿lo evitará?
Los sindicatos, ¿que hacen?, cada vez los veo más débiles, si no, ¿que acciones han emprendido, en cuanto a movilizaciones por esos cinco millones de parados? . Posiblemente están haciendo su agosto, con los ingresos que están generando por las tramitaciones de los despidos. Hablan y hablan, se reúnen con la patronal, con el gobierno, con el vecino de enfrente, pero al final ¿qué?.

¿Qué puede hacer una huelga general?. Beneficios pocos, porque creo que al final, no se van a bajar del burro. Se sienten legitimados por su mayoría absoluta, porque votamos sin saber. Votamos por unas siglas, por unas caras, y tenemos que aprender a votar por unas actuaciones, por unos programas concretos, no abstractos, por una palabra. Debemos aprender a ser críticos y analizar el entorno de por qué se producen las cosas. Las alternancias deberían venir por ahí, y no por una cuestión de marketing.

Creo que, los sindicatos tienen que aguzar su imaginación, y buscar otras fórmulas que puedan ser más útiles. Tenemos reciente, por ejemplo, los movimientos del 15M, donde la gente se concienció, salió a la calle. Una huelga general, si es de un día, al siguiente, solo se habla de la secundación, y ¿qué se ha conseguido?. Si fuera una huelga indefinida, económicamente sería desastrosa, por lo que no creo se atrevan   a convocarla.

Una propuesta que escuché, creo que a un periodista cuyo nombre no recuerdo, y que me parece muy acertada sería, como cuando los cardenales se encierran para elegir Papa, hasta que no sale uno, ni se mueven. Pues lo mismo, el gobierno, los sindicatos y la patronal, se deberían encerrar en algún lugar, y no salir hasta que hubiese "fumata blanca", y no el hoy me reúno con uno, mañana con otro, al día siguiente lo mismo, y al final, la casa por barrer. Encerrados hasta llegar un acuerdo que satisfaga a todas las partes, sin traumas sociales, y sin que ninguna parte salga lo suficientemente perjudicada, donde cada uno ceda parte de sus pretensiones en el beneficio general. Esto también debería estar puesto en la constitución, y debería formar parte de el sueldo, el buen sueldo que ellos cobran, y que están poniendo en solfa los precarios sueldos de la mayoría, porque a ellos eso ni les va ni les viene.

2 comentarios:

  1. Pues, nuevamente estoy de acuerdo con tus reflexiones. ¿Será porque me parecen lógicas e ilógico que no lo vean de la misma forma quienes nos gobiernan, quienes nos apoyan laboralmente y quienes firman nuestras nominas mensuales?

    Subvenciones es el problema que se me ocurre. ¿Cómo puede ser que aquellos que se supone estén de nuestro lado, existan gracias a las subvenciones recibidas del equipo contrario? ¿Qué incentivo puede tener un alto directivo de cualquier sindicato en ponerse a malas con el gobierno de turno que es quien indirectamente decide lo que se va a llevar a fin de mes a casita?.

    En mi opinión, no se puede ser sirviente de dos señores. O se es una parte integrante más de la Administración o te alineas en exclusiva con el movimiento laboral para defender sus derechos. Y, si formas parte de los trabajadores, seamos nosotros los que sufraguemos este servicio y auditemos sus resultados en la defensa de nuestros derechos laborales. A mi desde luego, no me importaría pagar por un servicio recibido. Ahora estoy pagando ese dinero en cubierto, sin posibilidad alguna de decisión.

    Una huelga general no solo me parece inapropiada sino además contraproducente, como me ha parecido entender en tu escrito.

    Por otra parte, te diré que no creo en el Movimiento 15-M. Me viene a la cabeza la revolución en los países árabes de la última primavera. ¡Bien! Destituyeron a los dirigentes y ahí acabó todo. Eso no es el final sino el principio. Pensemos en las últimas noticias procedentes de Egipto. El movimiento revolucionario se encuentra ahora con los mismos problemas de antes, con las misma “fuerzas del orden” que tenían con los dirigentes anteriores. Y, es que una revolución real debe cambiar todo. No solo las cabezas visibles sino todos los demás escalafones. Eso requiere muchísima organización que no siempre existe. El resultado puede ser salir de Málaga y entrar en Malagón. Como puede comprobarse por las innumerables revoluciones acontecidas en Sudamérica durante toda su historia.

    Para que el 15-M sea efectivo, debe tener una organización parlamentaria. Ofrecer una alternativa con cara y ojos. Entrar en la política para cambiarla porque no creo que las cosas se puedan cambiar desde fuera. El beneficio que encuentro del movimiento 15-M fue hacer ver a tantos de nosotros que no somos los únicos que estamos descontentos con esta seudodemocracia. A la hora de votar, ¿dónde estaba la papeleta del 15-M que me permitiese elegir una alternativa? Ahora me encuentro como estaba. No hay cambio. PP o PSOE o cualquiera de las propuestas actuales me parecen más de lo mismo. Sigo tan desencantado como hace un año.

    Me hace gracia tanto bombo y platillo que se le está dando al 38º Congreso del PSOE en el que se habla tantísimo del cambio. ¿Qué cambio podemos esperar los ciudadanos de a pie, cuando la elección de Secretario General se establece entre los mismos dirigentes que en las últimas legislaturas no han hecho nada por convencernos de que ellos representan el cambio?

    Sin embargo, pese a la impresión que pueda estar dando, soy optimista. España cambiará. No creo que cambie por méritos propios sino que nos obligarán a cambiar. El problema de la deuda puede que sea una bendición. España tendrá que atarse los machos. Llegará un momento en el que la vaca (los trabajadores) no dé más leche. En ese momento, si no se quiere un nuevo 36, se tendrán que buscar otros apartados donde recortar. Nos veremos obligados a sacar a la luz las tramas, los gastos superfluos, las prestaciones por desempleo a familiares y amigos, las subvenciones a supuestas ONG’s. Hay muchas posibilidades de recorte que a todos nos puede venir a la cabeza. Será entonces donde preveo que vendrá un cambio importante. No perfecto porque no hay nada perfecto pero, algo mejor.

    En verdad, soy optimista.

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    1. OK. Parece que haya rendijas en todo organismo, toda institución, por donde, como el viento, se van los billetes. Hay muchos sitios por donde recortar pero lo fácil es recortar por los más débiles. Y los partidos políticos, los que, al menos, en intención podrían cambiar algo, no tienen suficiente fuerza, y si alguna vez la consiguen pueden pecar de lo mismo.
      El 15 M, pienso que fue un movimiento para llamar la atención donde se aglutinaron diversas tendencias, por consiguiente, es casi imposible llegase a buen puerto. Imagínate la UCD de Suarez, tuvo su protagonismo inicial pero duró un suspiro.
      No es fácil dar soluciones a cosas que quienes las pueden "solucionar", no están por la labor, por ejemplo, la forma de elección de diputados. Ni al PP, ni al PSOE, les interesa, porque de lo contrario corren el riesgo de perder su hegemonía.
      No creo pueda darse otro 36, el desempleo que es uno de los factores importantes que pueden desestabilizar está bastante aplacado, y pienso que está tocando techo, que aumente mucho más lo veo bastante improbable, de lo contrario sería la hecatombe. No se si has visto la película La OLA, hace poco la hicieron en la 2. Está basado en un hecho real, y han un momento de la película que describe una hipotética situación que prácticamente describe el momento actual. Si tienes ocasión y no la conoces te la recomiendo, es de producción alemana, y relata un hecho ocurrido creo que en EEUU.
      De todas formas, yo también soy optimista, o internamente quiero serlo. La utopía: desear que salga alguien capaz de cambiar esto en beneficio de todos.

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