Esta es la historia de Gustavo,
Que nació mirando al sol,
Su cuerpo desnudo,
Cubierto por el camisón de su madre Adoración.
El sol lo acogió bajo su protección,
Día y noche, un rayo de luz,
Lo iluminaba sin dañar sus ojos,
Su piel, ni su corazón.
Pasó su vida viviendo en el porche de casa,
Vestido igual que nació,
Sentado en su trono,
Un retrete con mochila de color salmón.
Sin soltar palabra y con una inteligencia superior,
Vivió como un muñeco de exposición,
La gente acudía a verlo,
Sin dar crédito a su visión.
Su fama a todo el mundo llegó,
Y el mundo su caso estudió,
Sin llegar a ninguna conclusión,
En un dios se convirtió.
Como centro de peregrinación,
El ayuntamiento, a su alrededor,
Un negocio montó,
Bares, tiendas, ...,¿Qué se yó?
Gustavo crecía, ¡todo en proporción!,
Los gustavianos adorábanlo sin objeción,
Y él vivía ajeno a éste follón,
Como si nada pasara a su alrededor.
Un día por momentos de su letargo salió.
-¿Por qué desnudo estoy?-
-¿Por qué me miran sin pudor?-
Hasta que su hermana Aurora se cansó.
Quiso apartarlo de éste mundo,
Y un día, vestido, a escondidas se lo llevó,
A un lugar desconocido,
Que alguien le recomendó.
En el viaje Gustavo aturdido,
No entendía su situación,
Vestido y sin ese rayo de sol,
Que siempre le acompañó.
Fue llegar y su vida volvió a cambiar,
De sus ropas se despojó,
De nuevo el rayo de sol lo iluminó,
Y la felicidad regresó.
Con lágrimas en los ojos,
Aurora lo despidió,
Y Gustavo solo reclamó,
Su retrete con mochila de color salmón.
LZC27-11-2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario