Se permite la entrada al parque solo a 20 ó 22 personas, debiéndose solicitar con bastante antelación el permiso para poder acceder a él.
Hay un par de rutas, una más suave, con baja dificultad al principio, que se va complicando a medida que vas ascendiendo, hasta llegar a unos lagos. Éste recorrido de ida y vuelta puede suponer unos 13 - 14 Km.
Otra ruta, que desconozco, con bastante dificultad.
Es bastante habitual entre los buenos senderistas hacer los dos caminos dando la vuelta completa, creo que puede oscilar alrededor de 18 km..
El frescor del río, la densa vegetación, respirar su pureza, el ejercicio físico, todo ello, amenizado con buen queso, buen chorizo, buen jamón, hogaza de pan de trigo o centeno, da igual, agua fresca del propio río y un buen trago de vino, compensa el esfuerzo y los sudores provocados al andar por caminos pedregosos que, la lluvia o el deshielo invernal, van dibujando. Si el cansancio no te respeta, y llegado el momento, los pies protestan, descálzate y mete los pies en el río. Es un alivio y una gozada.
Y como Reserva Integral de la Biosfera, está totalmente prohibido agredir a la naturaleza que te rodea, de ninguna de las maneras. Está prohibido hasta fumar. Tirar cualquier tipo de suciedad. Hay que ser muy cuidados con el entorno para que su conservación perdure en el tiempo. Por eso son tan estrictos en la limitación de los visitantes diarios al Parque.
La fauna es difícil de observar. Por su propio instinto de supervivencia no es fácil que se dejen ver, entre ella podemos destacar los osos pardos. Es una de las zonas de la cordillera cantábrica donde tienen su hogar.
Una experiencia recomendable que vale la pena disfrutar.
Visité Muniellos en verano, pero debe ser espectacular en otoño, con sus llamativos colores. La vegetación otoñal con la humedad del rocío......
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